VEINTE AÑOS SIN ZITARROSA
Comenzó su carrera en 1961 en Lima y recién en 1964 debutó en la capital de su “paisito”, como lo llamaba a su Uruguay natal, y allí el público empezó a admirar su estilo inconfundible y su registro vocal: bajo noble. Fue invitado al festival de Cosquín en 1965, lugar donde también supo ganarse al público argentino especialmente con su canción “pa’l que se vá”. También fue aplaudido calurosamente por “diez décimas de saludo al pueblo argentino”, “el violín de Becho”, “Stefanie”, “milonga para una niña”.
En 1973, la persecución de la dictadura militar lo llevó al exilio. Vivió en España y luego en México. Allí nacieron sus entrañables canciones “duele Madrid” y “guitarra negra”. En 1984 reaparece en Montevideo, época cercana a la normalización institucional, encontrando una generación de intérpretes que repetían sus canciones y que habían hecho de él, un modelo del canto uruguayo.
Se fue hace veinte años y parece que fuese ayer cuando lo escuchábamos con su voz grave y retumbante describir su dolor y desarraigo. Su recuerdo aún sigue vivo y su figura se agiganta en la memoria de la gente que nunca olvidará a aquel flaco de corbata y bien peinado, más serio que nunca talvez reflejando con su gesto la honda preocupación de su pueblo.
Hugo N. Lilli
Córdoba
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