Hablando de Daniel Drexler
Daniel Drexler presenta las canciones de “Vacío”, su nuevo disco.
Fragmento de una nota publicada
por Cristian Vitaleen Página 12
Daniel Drexler, médico y músico uruguayo, entiende al detalle los abismos que hay entre los ambientes del arte y la ciencia.
En 2001, cuando editó Full Time, se arriesgó a posar desnudo para la tapa.
Aparecía como una réplica del hombre total de Leonardo Da Vinci, con los brazos y las piernas extendidas, apoyado sobre un inmenso reloj de pared.
A la productora no se le ocurrió mejor idea que empapelar Montevideo con un afiche que reproducía la foto a gran escala.
Miles de personas lo vieron desnudo, pero él no se hizo cargo.
“Fue tragicómico... en mi ambiente decía que no era yo. Esquizofrénico”, se ríe.
Hubo más: tres años antes, inventó una laringitis con cama total para zafar de una clase de posgrado y presentar su disco debut: La llave en la puerta.
El problema fue que en una de las aulas había un televisor y todo el mundo lo vio cantando en el programa de Omar Gutiérrez.
“Era todo así”, evoca. “Me parecía que vivía en mundos disociados, paralelos. Por un lado, todo lo relacionado con el estudio, con dar exámenes y, por el otro, este mundo intuitivo, desordenado, relacionado con el placer físico... en un determinado momento fue jodido”, recrea.
Viene de una extensa gira por España que incluyó shows por Toledo, Segovia, Burgos, Sevilla, Cádiz, Murcia, Zaragoza, Santander, Salamanca y uno, consagratorio, en el Festival VivAmerica, junto a Carlos Vives, Rubén Blades y Aterciopelados.
Un presente que, claro, sería imposible de sostener negándolo.
“Cuando la música se llevó a la medicina a su eje de gravedad superé una larga crisis existencial, que me duró de los 18 hasta los 30. Úlcera de estómago a los 23, no saber para dónde arrancar... mucho estrés, hasta que entré en el ambiente científico y me di cuenta de que todo lo que podía hacer con la música me jugaba a favor”, dice.
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