DOS MODELOS DE EDUCACIÓN TÉCNICO-PROFESIONAL
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ALTERNATIVA POPULAR 1815
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Montevideo, 12/03/10 (La República).- Hay dos modelos de Educación Técnico-Profesional: el bancomundialista ligado al rumbo que señalan las multinacionales, y el popular de los trabajadores, vinculado a un proyecto de acumulación propia, democrática, de y para el pueblo.
Si la educación general sigue en lo sustancial los rumbos marcados por la organización social, política y económica de una sociedad, la educación técnica-profesional, es mucho más directamente dependiente de la estructura económica de la misma.
La UTU nació como sistema moderno de ETP (Educación Técnico-Profesional), en la década del 40 (año 42) del siglo pasado de la mano de la concepción de la burguesía de aquel tiempo, vinculada a la industria. Cuando esa burguesía apuntó a la acumulación interna (con causas originadas en la situación mundial), no dudó, en planificar y concretar, la formación de la fuerza de trabajo que requeriría para desarrollar ese proceso. Formó un verdadero sistema de formación técnico profesional fundamento del propio nombre: Universidad del Trabajo.
Héctor Rodríguez se preguntaba por qué no había una UTU para formar a los textiles...Y la respuesta está a la mano: en general, no siempre, los sectores industriales apuntaban a formar en lo específico a sus propios trabajadores (lo mismo ocurría con los frigoríficos, etc.). Pero aquellos oficios transversales y complejos para su encare, los derivaron a la UTU (torneros o electricistas, sanitarios o administrativos auxiliares contables.). Aquella UTU era fuertemente criticada por el movimiento de los trabajadores. Justamente por sus déficits en cuanto a formación crítica, por “formar mano de obra barata”, “aprieta tuercas”, se decía.
Los planes de acumulación productiva propia de aquella burguesía “industrialista”, exigían un Sistema de ETP (cursos móviles y en las empresas, formación profesional y técnica, formación de todos los niveles....)
Desde la crisis del 50-60 del siglo XX, los ajustes de corte neocoloniales, reposicionaron claramente a las multinacionales de la mano de los grandes capitalistas uruguayos como principales “organizadoras” del sistema productivo uruguayo y a los organismos de crédito internacionales como sus voceros. ¡Las expresiones políticas de estos rumbos antipopulares, vaya si los padecimos y padecemos aún! Desde su óptica, un sistema de la naturaleza de UTU, ya no aparece como razonable, sin un proyecto propio de acumulación esa necesidad cae. Y ya desde antes de la dictadura apuntaron a su desarticulación, le quitaron la autonomía, o sea los niveles de libertad necesaria para encarar seriamente múltiples y rápidas respuestas a requerimientos educativos desde el mundo laboral.
La idea de poner más directamente a la educación técnico-profesional en las manos de los empresarios y/o del Ministerio de Trabajo, a través del mercado, desde el enfoque neoliberal, llevó a la conformación de organismos como el COCAP (surgido durante la dictadura) referida a la formación en la empresa u organismos de formación profesional en diversas manos, lejanas al sistema educativo. La reorganización de la fuerza de trabajo por competencias de los 90 profundizó estas tendencias de la mano de una fuerte ofensiva mundial contra el poder de los trabajadores.
Por otro lado, un proyecto de signo democrático, popular de los trabajadores, tiene por referencia la idea de una acumulación productiva propia, con inversión pública. Vinculada a una planificación democrática en torno a áreas como la energía, o el mar, la agroindustria, o la ingeniería, la cultura, o la medicina. Con proyectos tipo ALUR pero sin SA, con colectivos de trabajadores encarando los emprendimientos e investigando acá junto a la Universidad y la UTU. Con los niveles de libertad autonómica necesaria para que puedan respirar y para que tenga a la liberación humana como componente sustancial. En este marco, un Sistema de Educación Técnico Profesional, una verdadera UTU (incluyendo una Universidad Politécnica), alimentado en la dialéctica entre la educación y el mundo del trabajo es clave. Para que se entienda desde otro lugar: No podemos, respecto de este tema, encarar menos que lo realizado por el soplo “industrialista batllista”.
Andrés Olivetti*
* Docente, militante de AFUTU
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